Quiero imaginarme este libro en manos de los más variados destinatarios; pero quiero soñar con que unas personas se lo lean a otras en voz alta, a familiares, a enfermos, a personas mayores, a amigos. Eso sí, con el tono propio de un cuento, porque, por encima del contenido, el tono melodioso, rítmico y sonoro de la lectura de los cuentos tiene ya un valor saludable para la relación. Comunica amor; y no digamos, si entre párrafo y párrafo se cruza alguna mirada de complicidad... Leer un cuento es saludable. Leer un cuento a otra persona es más saludable aún: genera bienestar, contribuye al equilibrio emocional, provoca relajación y, en muchas ocasiones, invita ...