Tras la celebración del Concilio Vaticano II, la antropología y la teología de los distintos ministerios han insistido en el papel irremplazable de cada bautizado en la Iglesia. A su luz ha de contemplarse también el diaconado, cuya renovación encuentra posibilidades insospechadas en la rica tradición de las Iglesias de Oriente. A partir de las fuentes bíblicas, y apoyándose principalmente en la tradición aramea que respiró Jesús de Nazaret, este original estudio pretende mostrar que el diaconado desempeña hoy en la Iglesia el antiguo ministerio de los levitas, al centrarse en la transmisión del Evangelio por medio de la enseñanza y la catequización de los fieles. Se trata, en definitiva, de entender que ningún ministerio puede reducirse a la función que tiene asignada dentro de la celebración litúrgica y que una de sus tareas más importantes consiste en acompañar a la comunidad creyente en medio de la compleja y plural sociedad moderna. Pierre Perrier (1935) es miembro de la Academia francesa de las ciencias y estudioso de la Iglesia antigua.