¡STOP! Un momento. ¿Te has parado a pensar alguna vez si dedicas algo de tiempo a tu alma? ¿Cuántas veces te has detenido para contemplar quién eres, por qué caminas por esta historia, qué manos te sostienen cuando te vas a caer o con qué vacunas puedes afrontar el mal que tantas veces te invade? ¿Se te ha ocurrido que t u yo más profundo requiere también sus cuidados? Tu espíritu necesita hacer pequeños parones, aislarse de las prisas y los ruidos de cada día y, en medio del silencio, abandonarse al reposo sosegado, a una revisión profunda. Me gustaría acompañarte para pasar algo así como un chequeo espiritual: mirar despacio cada uno de tus sentimientos, de tus deseos, de tus dudas, de tus preocupaciones, de tus anhelos; dejarte en manos de Dios, un Médico paciente y sabio que, con una ternura infinita, quiere ver qué llevas dentro, qué necesitas cambiar para poder caminar por la vida más libre, más feliz.