Hay una amplia discusión en todas las sociedades sobre la necesidad de un 'ethos' mundial. Las voces dominantes provienen del Norte, desde donde se controla el proceso de globalización. Son pocas las voces que llegan desde el Sur. La determinación del lugar social no es indiferente, pues cada lugar social está caracterizado por intereses y opciones previas, de los que, en la mayoría de los casos, no se tiene conciencia. Como se trata de alcanzar una perspectiva global, es importante que se superen tales limitaciones. El interés por el patrimonio natural común de la vida y de la humanidad, considerablemente amenazado en nuestros días, nos obliga a ciertos consensos mínimos. Del mismo modo, el agravamiento de la pobreza, de la degradación del medio ambiente y del desempleo estructural exigen un nuevo pacto ético de la humanidad, sin el cual el futuro puede ser amenazador para todos. Ésta es la razón de nuestro texto. Ha surgido de los debates en diversos foros en Brasil y en el extranjero y de las aulas en el curso de postgrado de la Universidad del Estado de Río de Janeiro. Aquí se pretende reafirmar la perspectiva del gran Sur que, en realidad, significa la óptica de los pobres y de los excluidos, pero teniendo siempre en cuenta la necesidad de convergencia entre los interlocutores del Norte y del Sur de cara a un beneficio común de la Tierra y de la Humanidad.