El desenlace natural de la Edad Media, con la decadencia de sus instituciones y su anhelo de transformaciones, afectará a la Iglesia, que sufre en este tiempo profundos cambios motivados por la aparición de un nuevo humanismo, el Renacimiento y la conciencia de lo que serán los Estados Modernos. En estos momentos de crisis teológicas surge la figura de Lutero y el movimiento de la Reforma, que romperán la unidad eclesial en Occidente. Por otra parte, el descubrimiento de América abrirá a la cristiandad un mundo nuevo y una tarea misional sin precedentes, sin olvidar que todas las artes de la época barroca representan un importante resurgir espiritual. En esta etapa, por tanto, se configura la Europa que conocemos en al actualidad, y surgen ciertos problemas que afectarán a la Iglesia y que aún no ha podido superar.