En la "confesión" con la que el autor inicia este libro, se puede leer: "Los profesores del tratado de Penitencia no hemos vivido eufóricamente nuestras clases. Ha habido momentos en los que el silencio del aula causaba la impresión de que exponíamos los conceptos teológicos sin una gran recepción. Hay algunos signos de que las cosas empiezan a discurrir por otros derroteros...". Y, teniendo en cuenta lo que estos hechos presentan como síntoma de nuestra realidad, el autor quiere ofrecernos una amplia presentación del sentido del sacramento de la Penitencia o Reconciliación, y de las actitudes con las que el creyente es invitado a acercarse a él. Tras una presentación de la tradición bíblica y eclesial -tan variada- sobre el sacramento, el autor entra luego en lo que la reforma fruto del Concilio Vaticano II ha significado para su teología y su práctica, terminando con una síntesis que quiere ayudar a nuestra reflexión.