Persona
Despertar. La mística de los cotidiano
Podemos transitar por la vida con los ojos cerrados, inconscientes de la potencialidad de lo real. Cegados por la banalidad, nos vemos obligados a consumir, a apropiarnos, sin tiempo para acoger con paciencia la profundidad de cuanto acontece. La mística nos evoca el abismo de la existencia, el fondo sin fondo que sostiene la realidad. Para captar esta dimensión es necesario despertar, estar atentos, dejarnos sorprender, descubrir que «cada día tiene su propio afán» (MT 6, 34). Las vicisitudes diarias nos moldean por dentro y forjan nuestra sensibilidad para poder asombrarnos al percibir lo extraordinario oculto tras el velo de lo ordinario. Quizá sea necesario decir aún que la mirada mística opera, sobre todo, en lo cotidiano. Eso es al menos lo que reivindica Josep Otón, que durante años ha dejado muestras de esa mirada colaborando en medios de comunicación, a través de reflexiones que van de la espiritualidad a la sociedad, de la naturaleza a la Iglesia... Una mirada sobre el mundo que, partiendo de ejemplos corrientes y hasta rutinarios, profundiza y taladra la realidad, tejiendo una lectura capaz de instruir en la mística que habita lo cotidiano.