El desarrollo exponencial de las biotecnologías está transformado no solo los medios de producción y de consumo, de información y distribución, sino la misma naturaleza de la condición humana. No se trata ya solo de construir un mundo más humano ni un hombre nuevo más libre y feliz, sino de ser más que humano, de caer en la tentación de ser dioses. El transhumanismo no es solo una posibilidad, ya está aquí y promete alterar profundamente nuestras vida y la vida de la humanidad en su conjunto, por lo que conviene saber a qué nos enfrentamos. Se presenta como un programa de acción que pone en juego la posibilidad de alterar la naturaleza humana, un asunto demasiado importante y demasiado peligroso. No sería lógico dar la espalda a esta cuestión ni correr el riesgo de llegar tarde. Como dice la profesora Elena Postigo, «corresponde a la persona racional, juzgar con su propia razón de qué manera estos cambios afectan el ser humano y a las generaciones futuras; y decidir, con prudencia, responsabilidad y justicia qué es bueno hacer o no». A esta tarea contribuye esta publicación.