Los autores cristianos más antiguos, después del Nuevo Testamento, son los "Padres Apostólicos". Con esta designación se engloban una serie de escritos que se caracterizan por su cercanía cronológica y espiritual con los textos apostólicos que forman el Nuevo Testamento, y que tienen una gran importancia porque representan un cuadro auténtico e inmediato de la vida, sentimientos e ideas que circulaban entre las primeras comunidades cristianas. La expresión "Padres Apostólicos" se ha convertido en una designación útil, aunque poco rigurosa, por lo que no hay un acuerdo unánime a propósito de los escritos que se deben englobar bajo ese título. Se trata de obras heterogéneas por su interés teológico, género literario, autoridad, datación y origen, que miran a las necesidades y circunstancias que viven las comunidades cristianas entre la segunda mitad del siglo I y mediados del siglo II. Algunos de los autores de esos escritos son conocidos, como es el caso de Clemente de Roma, Ignacio de Antioquía, Policarpo de Esmirna o Hermas; otros han permanecido en el anonimato o en la pseudoepigrafía como la Enseñanza de los Doce Apóstoles, la Epístola del Pseudo-Bernabé, la Carta de la Iglesia de Esmirna a la Iglesia de Filomelio (también conocida como Martirio de Policarpo) o la homilía que ha llegado hasta nosotros como Segunda de Clemente. En el presente volumen de "Padres Apostólicos" se ha incluido la denominada Carta a Diogneto, aunque en realidad es un escrito más emparentado por su temática y forma con la posterior literatura apologética: son las respuestas que un cristiano anónimo dio a las preguntas que bullían en la cabeza de un pagano llamado Diogneto. La obra contiene los escritos siguientes: Didaché Doctrina de los Apóstoles Epístola del Pseudo-Bernabé Carta a los Corintios de Clemente de Roma Cartas de Ignacio de Antioquía Carta de Policarpo a los Filipenses Martirio de Policarpo El Pastor de Hermas Homilía anónima A Diogneto